En la noche del jueves en Arroyito, el Millonario y Central volvieron a darnos un excelente espectáculo como nos tienen ya acostumbrados en cada uno de sus últimos enfrentamientos.
Foto: (http://www.cariverplate.com.ar)
River salió a la cancha con un llamativo 3-3-2-2 incluyendo en la defensa a Rojas como último hombre y apostando al aporte constante de Montiel y Casco en ataque. El plan de Gallardo funcionó a la perfección, su equipo gestó un primer tiempo excelente en donde supero ampliamente al equipo rosarino creando muchísimas situaciones de gol que no supo concretar en los últimos metros.
Promediando los 17 minutos, Quintero otra vez nos regaló una obra de arte como el domingo pasado ante Racing recibiendo un despeje desde un córner que él mismo había ejecutado y en lugar de tirar el centro como cualquier jugador terrenal hubiera hecho, le clavó un pelotazo hermoso al primer palo del arquero, que nada pudo hacer para evitar el primer gol del Millonario.
El equipo siguió con un altísimo nivel futbolístico en todos los sectores de la cancha efectuando una presión constante en el mediocampo, recuperando rápido la pelota y generando contraataques muy veloces y de alto peligro para el arco del Canalla. Sólo falló en la definición, en el último toque. Por eso River se fue al descanso ganando solamente 1 a 0 cuando tranquilamente podría haber coronado una primera etapa con 2 o 3 goles de diferencia sobre el rival.
El equipo Millonario salió a la segunda mitad con la idea de mantener y potenciar todo el trabajo hecho en los primeros 45 minutos pero fueron sorprendidos a los 40 segundos. Si 40 segundo, con un tiro de media distancia que Armani no pudo controlar entre un pique rarísimo de la pelota y un poco de responsabilidad en su reacción poniendo así el partido igualado (1 -1).
River sintió el golpe del gol tempranero y tuvo algunos minutos en los que le regaló el protagonismo al equipo rosarino.
Luego el equipo a través de la buena conducción de Quintero volvió a tomar el control del partido, Marcelo Gallardo movió el banco y mandó a la cancha a Matías Suárez en lugar de Santos Borré y a Nicolás De La Cruz en lugar de Montiel que prácticamente jugaba de mitad de cancha hacia adelante por el dominio del equipo.
Por medio de esta modificación (De la Cruz por Montiel) se buscaba tener un poco más de desequilibrio en ataque corriendo los riesgos obvios de un De la Cruz que no tiene oficio de retroceso cuando el equipo rival atacó.
El Millonario siguió generando muchas situaciones y también empezó a sufrir los contraataques del equipo rival aprovechando la ausencia de Montiel en defensa, se armó un segundo tiempo de ida y vuelta constante con situaciones de gol muy claras para ambos equipos convirtiendo en figura tanto a Armani como a Ledesma en sus arcos.
Tampoco alcanzó con el ingreso de Ferreira por Nacho Fernández en los últimos minutos del partido. Ninguno de los dos pudo materializar tantas situaciones creadas (en total 27 situaciones de gol en todo el partido) sellando un empate que a los dos equipos les deja un sabor a poco por lo hecho en los 90 minutos.
River volvió a demostrar que esta en un gran nivel futbolístico, muy seguro en defensa y con mucha presión en el mediocampo y con una sola falencia a trabajar, la definición de cara al arco rival. Un equipo que demuestra que más allá de las ausencias por lesión de piezas importantes para el equipo (Palacios y Enzo Pérez) sigue teniendo el sello característico de los equipos de Gallardo con una idea concreta de dominar los partidos y buscar situaciones de gol constantes, un equipo que se va afianzando y afinando para afrontar los grandes objetivos que tendrá en los próximos meses (Copa Libertadores y Recopa Sudamericana) y confirmar que sigue siendo el mejor de América en este 2019.
Por Hernán Leyva
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